Modelo, pero... ¿de pasarela o de pasar lelo?
Me liaron, yo qué sé. La cuestión es que acabé desfilando en Iowa City.
A ver, ha pasado algo y la verdad es que no sé cómo definirlo. Os lo dejo a vosotros, a lo mejor.
Ya os he hablado alguna vez, creo, de nuestros vecinos, ahora más “besties”, del piso de arriba. Uno de ellos, Trysten, trabaja con el Ayuntamiento de Iowa City en temas de sostenibilidad, medio ambiente y gestión de recursos. Y allí organizaron para abril un día especial, la “Earth Expo”, en un pabellón de Iowa City donde habría un montón de stands de asociaciones y organizaciones ocupadas en temas medioambientales, naturaleza y reciclaje para concienciar, informar y divulgar sus bondades entre los visitantes… y también un desfile de moda sostenible.
Moda sostenible, al parecer, no es ropa que se te puede quedar bien puesta y no se te cae. Que para mí podría tener sentido esa definición. ¿Sabéis esa gente que lleva los pantalones cayéndose por mitad del culo? por ejemplo. Eso está de moda (no sé si aún, pero lo ha estado) y para mí no es sostenible. Un sujetador, por ejemplo: ¿moda sostenible o sosteniente?
En fin, si uno fuera imbécil (como es mi caso) todas estas teorías sobre lo que es la moda sostenible podrían aparecer. Pero a la gente normal no, la gente normal sabe que la moda sostenible es moda hecha aprovechando o reciclando otras prendas, telas, mantas, cortinas o cualquier cosa ya usada previamente. Lo que intentas sostener no es ese pantalón: es la viabilidad de este mundo en el que vivimos, intentando no consumir más recursos como un loco.
Bueno, Trysten nos contó todo esto y nos pareció muy bien, aunque no acabábamos de saber por qué ponía todo el rato tono de querernos convencer de algo. Y entonces soltó la bomba: “Necesitamos modelos para el desfile. Irene, ¿te parecería bien desfilar?”
Irene se quedó sorprendida, pero ante la petición, un poco en tono de “por favor” y ya que parecía ser algo local y pequeñito, dijo que ok, aunque con un poco de risita, claro. A mí me pareció normal la proposición. Al fin y al cabo Irene es muy mona, ha hecho tele delante de la cámara y se había plantado delante de un montón de gente a presentar actos… y cuando anda no se tropieza. Lo tiene todo.
Pues todo bien, ¿no?
Bueno.
El problema es que Trysten me miró a continuación y dijo: “¿y tú?”.
:-O
What??
A ver, si lo piensas bien, esta idea no me parecía muy sostenible, al menos no se sostenía dentro de la lógica. Pero Trysten insistió un poquito en que harían falta hombres y en que, además, lo de tener desfilando a una pareja podría ser divertido. Jaja. Define diversión. Yo estaba un poquito acojonado. ¿Yo desfilando? Creo que es el siguiente peor paso en la escala TORPON tras “yo bailando” y “yo cruzando las torres gemelas por un cable de acero”. En mi cabeza me visualizaba claramente haciendo un Maria Amparo de Supermodelo 2008
Pero por lo que sea, ellos no lo veían así. Y yo qué sé, Trysten es tan majete…
Así que me convencieron un poco y dije: venga, vamos allá. Total, aquí casi nadie me conoce, tampoco pasará nada. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que me deporten por desfilar mal? Pues mira, al menos sería una razón más lógica que las que estamos viendo últimamente.
Tras tomar la decisión descubrimos el siguiente paso: se nos asignaría una diseñadora. Como cuando te asignan un abogado de oficio, pero en vez de ir a la corte vas al corte y confección. A nosotros se nos asignó a la misma a los dos, que además resultó que también estaba entusiasmada por la idea de hacernos desfilar en plan parejita. No sé. Como en este país no hay aceras ni tradición de salir a pasear debe ser algo muy loco lo de ver a una pareja caminando junta. O eso o tenía alguna idea para ir conjuntados.
La diseñadora que se nos asigno era Alicia Jensen (la podéis cotillear aquí), una chica pizpireta y muy simpática que lleva tiempo diseñando moda sostenible.
Vino un día por casa para tomarnos medidas (yo creo que la policía del modelaje también debería haber venido para tomar medidas, pero de otro tipo) y nos preguntó un poco para saber con qué estaríamos más cómodos o con qué no, en cuestión de ropa. Le dijimos que habíamos venido a jugar, que hiciera lo que quisiera. Y además, en mi caso, añadí que soy un tipo que a los cuarentaytantos sigue vistiendo de vaquero y camiseta como si tuviera veinte, así que no iba a ponerme yo a decir nada de moda. Como mucho podría avisarle si combinaba una camiseta de superhéroes de DC con una chaqueta de Marvel, que eso no puede ser, pero poco más. Así que, evidentemente, tomó nota… e hizo lo que quiso. ¡Pero con entusiasmo! Esto es algo que me encanta de los yankies, que no paran de decir de todo lo que hacen, aunque sea que les toca su turno en la carnicería, que “oh my god i’m so excited!”. Así con todo y al final te contagian un poco.
Muy sabiamente se decidió que Irene iba a desfilar dos veces y yo sólo una, al final del todo y acompañándola a ella en su segunda aparición. Vale. Me parecía lógico y casi que mejor: así no podría arruinar el show. Si la cagaba sería al final y el pescado ya estaría vendido y nadie sufriría luego intentando remontar ese papelón.
La primera vuelta de Irene sería con un outfit y en la segunda llevaría otro completamente diferente, uno a juego con el mío. O mejor dicho: el mío iría a juego con el suyo. Bueno, a juego… mi juego yo creo que podría ser el juego de la oca.
Y así fueron pasando los días, probando alguna prenda, yendo a ver el lugar, etc… hasta que llegó el momento definitivo. La “Earth Expo”. Mis pequeñas esperanzas eran que bueno, fuera un eventito así limitado, con 4 curiosos… pero no, no. Lo organizaron muy bien, enhorabuena, y al evento acudió MUCHA gente. Y mucha más gente apareció para el Fashion Show. De pronto el lugar se llenó.
Al llegar al lugar saludamos a la diseñadora y nos dijo que había traído a una maquilladora. Y nos maquilló. A ver, a mí me había dicho Alicia, días atrás, que no iba a necesitar maquillaje porque, con mi outfit, con unas gafas de sol que había encontrado por ahí ya le parecía bien.
A mí también, aunque impedía mi intención de ensayar una mirada tipo Zoolander. Más que Acero Azul creo que podría conseguir algo parecido a Amianto Marrón, pero bueno… iba a llevar las gafas y la gente no se iba a dar cuenta.
Pero se ve que ese día se pensó lo de no llevar maquillaje y dijo: igual podemos darle fantasía al asunto. El asunto era yo.
Y me dio un poquito de fantasía.
A ver, bien. Era un rollo tatuaje de henna que te haces en tu visita al poblado nubio en Egipto, a ambos lados de la cara, pero vale. Quedaba divertido. Si me quitaba las gafas quedaba como un payaso triste, pero con ellas: p’alante. Total, más macarra que con la camiseta estilo imperio que iba a llevar, tampoco iba a quedar.
A Irene le hicieron un maquillaje más curiosón, con pequitas y con los ojos, también con el toque egipcio, más marcados. Y le pusieron una chaqueta hecha con una manta muy bonita.
En la zona de espera, antes de empezar el desfile, estábamos un grupo bastante heterogéneo de gente. Niñas, señoras jubiladas, gente que SÍ era modelo, gente que se había prestado para la ocasión, nosotros dos y la madre, la tía y la pareja de Trysten, que también a ellos les habían liado. Un crack Trysten.
Probablemente diréis: bueno, Toni ha exagerado y habría gente, pero no tanta…
Pues no, listos. Este era el ambiente cuando Irene desfilaba la primera vez, sola.
Y ya que estamos, os pongo un vídeo de Irene hecho por unos amigos que se acercaron a vernos y lanzaron algún que otro gritito al desfilar… (qué vergu que había gente conocida viéndonos).
La cosa estaba yendo bastante bien y yo comenzaba a relajarme. Igual no me mato.
Aunque había un problema: el escalón para subir a la plataforma.
Sí, ya sé, un escalón tampoco debería ser gran problema, Toni. No, de normal no, pero… ¿y si voy con una falda hasta los tobillos, algo estrecha? ¿EH?
Afortunadamente ni me maté ni se rasgó la falda al subir, pero pasé mi mal ratito.
Tampoco hubo momento Maria Amparo, gracias al dios del modelaje, como podréis comprobar en el vídeo.
Personalmente me veo espantoso cuando vuelvo, visto de espaldas, pero creo que es porque estaba un poco nervioso y encogido. Pero oye, ahí estábamos marcando el estilazo. Y sin caerme ni desmayarme. Check.
¿Me van a llover ofertas de modelaje tras esto? Quizás para construir maquetas, pero para desfilar no creo. Aunque quién sabe, igual lo de la IA prospera tanto que las máquinas dominan el mundo y se ponen de moda los modelos robóticos. Y entonces ¿a quién vas a llamar? A RoboToni Zoolander, sin duda.
Pero hablemos de lo estrictamente fashion: ¿Qué os parece el conjuntito? Evidentemente la prenda que causó furor fueron los pantalones que lleva Irene, hechos a mano. Y encima los luce fenomenal. Preguntamos precio, por curiosidad… y cuestan su dinero, porque llevaron muuuuchas horas de trabajo para Alicia. Pero bueno, estaban muy chulos, como su chalequito a conjunto y su robot faldero al lado.
Yo, como os digo, confieso que no estaba 100% “confident” con mi prenda superior, pero al final, pues oye, p’alante. Y además la falda me parecía estupenda.
Por cierto: muy cómodo lo de las faldas, ¿eh? No me voy a volver ahora escocés, pero entiendo el punto. Muy prácticas, muy cómodas. Porque me gusta ir en bici y en moto, que si no, me apunto.
Así que no podemos más que agradecer a Trysten por convencernos, dirigirnos y organizar todo tan bien (aquí tenéis un vídeo del evento, nosotros no salimos… bueno, sí, al final se ve mi culo enfaldado) y a Alicia por confiar en que podríamos llevar sus originalísimos diseños. Aquí tenéis un resumen de sus cositas ese día: LINK.
Eso sí, para mí, la modelo absoluta, la real ganadora del evento, fue esta señora maravillosa:
En fin, cuando llegué a Iowa City no esperaba ser un modelo para esta sociedad, pero mira, lo fui. Igual no como yo esperaba… pero mejor serlo solo así, para ellos.
Además, como dice mi mentor, hay más cosas en la vida…
Maravilla! La chaqueta que lleva Irene mola mucho. A ti te veo como para ir a un festival de esos que acaban saliendo en el telediario porque la peña se lo está pasando tan bien que se niega a irse.
¡Jaaaaaa!
OMG, Boris IzaToni! ¡Páralo, Pol! Por un segundo creí ver a Alfred Molina haciendo de Doctor Octopus to the Party, pero no, no, eras tú.
Ya ves, después de pasarme 30 años yendo por la vida con ropa como esa resulta que soy la vanguardia carabanchelera del trapito sostenible/sostinente. ¡Ya no te ríes tanto de mis chalecos!
En fin, lo de Iowa es la versión árida de Doctor en Alaska, y de ahí no me bajo.